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El segundo año de la poligamia en Nauvoo experimentó una incremento en participación con respecto al matrimonio plural cuando otros tres hombres (Heber C. Kimball, Brigham Young y Vinson Knight) fueron sellados individualmente a una esposa polígama en el verano de 1842. Knight murió el 31 de julio, así que para el final de 1842, había solo tres hombres polígamos en Nauvoo (José, Brigham y Heber).

En la primavera de 1842, José Smith dijo a los miembros del Cuórum de los Doce y a unos pocos miembros de la iglesia que Dios les había mandado contraer matrimonios plurales como señal de obediencia y fe.

El apóstol John Taylor recordó: "[En] el tiempo en que se mandó a los hombres tomar más esposas. A veces nos hacía poner a todos una cara seria.

Ancla 1

John Taylor

"No era tan fácil la tarea como uno podría pensar. Cuando se nos reveló pareció como que sería el fin del mormonismo. Porque el hecho de que un hombre pidiera a otra mujer que se casara con él requería más confianza en uno mismo de lo que teníamos".1

Brigham relató: "Mis hermanos saben cuáles fueron mis sentimientos en la ocasión en que José reveló la doctrina; no tenía la inclinación de evadir ningún deber ni de fallar en lo más mínimo en cuanto a lo que se me mandaba hacer, pero fue la primera vez en mi vida en que deseé la muerte, y tardé mucho tiempo en poder hacerme a la idea. Cuando asistía a un funeral, sentía envidia del cadáver y lamentaba no ser yo quien estuviera en el féretro".2

Ancla 2

A pesar de estos sentimientos, Brigham Young tal vez fue el primer miembro, aparte de José, en hacer una propuesta de matrimonio plural. La joven dama elegida fue Martha Brotherton, una mujer que Brigham había conocido mientras estaba en su misión en Inglaterra.

Brigham Young

Primera Propuesta de Matrimonio de Brigham Young

De todas las propuestas de matrimonio plural hechas en Nauvoo durante la vida de José Smith, la que Brigham Young hizo a Martha Brotherton es la única que fue registrada y publicada poco después de que ocurriera.3

Aunque el relato es de una fuente antagonista y parece que se alteró de alguna manera, es contemporáneo y contiene muchos detalles interesantes. Describe a Heber C. Kimball llevando juntos a Martha y a Brigham a la oficina superior de la Tienda de Ladrillos Rojos. Sin demora, Brigham presentó el tema del matrimonio plural lo que conmocionó naturalmente a Martha, quien no tenía nociones de su práctica en estos días.

Ella escribió:

Ancla 3
Tema 1

"Mis sentimientos en aquel momento fueron indescriptibles. Solo Dios lo sabe. ¿Qué son estos hombres, pensaba yo, a quienes consideraba la perfección misma, ¡acaso mentirosos!? ¿Y toda la felicidad que imaginé es solo un sueño? Así fue como sucedió; pero después pensé, ¿cuál será la mejor forma de actuar en este momento? Si digo que no, ellos harán lo que mejor les parezca; y si digo que sí, jamás me atrevería a hacerlo. Así que consideré que la mejor opción era pedir tiempo para pensar y orar por ello. Por consiguiente, dije: 'Si fuera lícito y correcto, tal vez lo haría; pero usted sabe, señor, que no lo es'".4

Ancla 4

Como casi todas las demás mujeres, la reacción inicial de Martha fue la repulsión. Pero, a diferencia del resto, ella declaró que su fe en la Restauración tambaleó al instante. Además, reconoció que en ese momento se sintió engañada y disgustada.

Percibiendo su preocupación, Brigham la dejó sola y encontró a José, quien se reunió después con Martha y Brigham en la oficina:

" 'Bien', dijo Young [a José], 'la hermana Martha aceptaría si supiera que esto es lícito y correcto ante Dios'. 'Bien, Martha', dijo José, 'esto es lícito y correcto ante Dios; yo sé que lo es... Poseo las llaves del reino, y todo lo que ate en la tierra será atado en el cielo, y todo lo que desate en la tierra será desatado en el cielo; y si aceptas a Brigham serás bendecida, Dios te bendecirá, y mi bendición reposará sobre ti. Y si te dejas guiar por él, estarás bien, porque sé que Brigham cuidará de ti'".5

Ancla 5

Pese a las explicaciones de José y Brigham, Martha no quedó convencida. Ella pidió tiempo para meditarlo y los líderes aceptaron.

En los días siguientes, Martha rechazó la invitación y se lo dijo a sus padres, quienes perdieron su fe al instante. Todos se mudaron a St. Louis, Misuri. Aparentemente los rumores de la conversación se esparcieron por Nauvoo. Semanas después, el 6 de abril, en la Conferencia General, el Profeta "habló contradiciendo un reporte en circulación sobre el Élder Kimball, B. Young, él mismo y otros miembros de los Doce, que declaraba que una hermana había sido encerrada en una habitación por varios días, y que ellos se habían esforzado por persuadirle a creer que podían tener dos esposas".6 El chisme pudo haber contenido elementos de verdad, pero en conjunto, no fue del todo cierto.

A pesar del fracaso inicial, Brigham Young se casó debidamente con Lucy Ann Decker como esposa polígama el 14 de junio de 1842.7 No se conocen los detalles de aquella propuesta.

Ancla 6
Ancla 7

Heber C. Kimball

El Desafío de la Poligamia para los Kimball

Heber C. Kimball fue probablemente el segundo hombre al que se autorizó la poligamia en Nauvoo. Orson F. Whitney, el nieto biógrafo de Heber C. Kimball, describió su muy desafiante calvario:

Tema 2

"Antes de que [José Smith] pudiera confiarle el secreto en su plenitud a Heber, él le puso una prueba que pocos hombres habrían sido capaces de soportar.

"¡Fue nada menos que el mandamiento de renunciar a su esposa, su amada Vilate, y entregarla a José en matrimonio!

"La sorprendente revelación estuvo a punto de paralizarle [a Heber C. Kimball]. Apenas podía creer que había oído bien. Sin embargo, José hablaba solemnemente en serio. Su próximo impulso fue rechazar la propuesta, y tal vez, en ese terrible momento, una vaga sospecha por los motivos del Profeta y la divinidad de la revelación fue lanzada como una flecha envenenada a través de su alma...

"Las fibras de su corazón se rompieron, sus sentimientos fueron crucificados y desgarrados, pero mientras permaneciera su fe en Dios y en el sacerdocio, con la ayuda del cielo, él trataría de hacer así como se le mandó. Tal fue, entonces, su resolución sobrehumana.

"Por tres días ayunó, lloró y oró. Luego, con el corazón destrozado y desangrado, pero con el alma autodominada por el sacrificio, condujo a su querida esposa a la casa del Profeta y la presentó a José.

"Fue suficiente, los cielos aceptaron el sacrificio. La voluntad fue cumplida por los hechos, y 'se le contó por justicia'. José lloró por esta prueba de devoción, y abrazando a Heber, le dijo que eso era todo lo que el Señor requería. Que Él le había probado...

"El Profeta juntó las manos de esta pareja heroica y fiel, y en ese momento y lugar, en virtud del poder sellador y por la autoridad del Santo Sacerdocio, Heber y Vilate Kimball fueron declarados marido y mujer por toda la eternidad".8

Ancla 8

Whitney también describió lo que sucedió después: "La prueba crucial de Heber se terminó parcialmente. La prueba de Vilate estaba aún por venir. Ellos ahora conocían el principio del matrimonio eterno hasta donde abarcaba su propio convenio eterno, pero la doctrina de la pluralidad de esposas que se incluía estaba aún por revelarse".9

Ancla 9

El Desafío de la Poligamia de Vilate Kimball

Helen Mar Kimball, hija de Heber y Vilate, proporcionó este relato de la prueba de fe que continuó:

Tema 3

"En Nauvoo, la vida del Profeta estaba en constante amenaza, no solo por parte de influencias y enemigos externos, que buscaban algún pretexto para llevarle de vuelta a Misuri, sino también por falsos hermanos, que antes se habían apoyado en su pecho y que luego le traicionaron. Por eso, cuando le dijo a mi padre que tomara una segunda esposa, él le pidió que lo mantuviera en secreto y que no lo divulgara ni siquiera a mi madre, por temor a que no aceptara el principio. Mi padre entendió la situación por completo, y el amor y respeto que sentía por el Profeta eran tan grandes que él hubiera dado su propia vida antes que traicionarle. Esa fue una de las mayores pruebas de fe que alguna vez experimentó.

"Cuando escuchó del principio por primera vez, creyendo que sería llamado a ingresar en la práctica, pensó en las dos hermanas Pitkin, quienes creía que causarían poco o nada de desdicha para mi madre, dado que ambas eran mujeres de edad avanzada y grandes amigas de ella. Sin embargo, la mujer que se le mandó tomar [por el Profeta] fue una mujer inglesa casi de la edad de mi madre... La idea de engañar a la bondadosa y fiel esposa de su juventud, a quien amaba con todo su corazón, junto con quien había soportado tan pacientemente su separación [para ir a la misión], el uno del otro, y todas las pruebas y sacrificios que fueron llamados a sobrellevar, fue más de lo que se sentía capaz de resistir. Entendió no solamente las dificultades y consternación adicionales que le traerían dar tal paso, sino que su tristeza y miseria aumentaron al pensar que mi madre lo oyera de alguna otra fuente, lo cual, sin duda, los separaría para siempre; y él se sobrecogió ante esta idea, o de causarle desdicha alguna. Por último, su prueba era tan grande que buscó a José y le dijo cómo se sentía, que tenía miedo de dar ese paso de tal magnitud al grado de no poder soportarlo, pero que lo iba a superar. El Profeta fue y preguntó al Señor; Su respuesta fue: 'Dile que vaya y haga así como se le ha mandado, y si veo que existe algún peligro para él de entrar en apostasía, lo tomaré para mí mismo'.

"Muchos oyeron que mi padre una vez dijo que había derramado barriles de lágrimas por este orden, es decir, el orden del 'matrimonio celestial o plural'.

"El Profeta le exhortó tres veces antes que obedeciera el mandato. Esto demuestra que la prueba debe haber sido extraordinaria, porque él era un hombre que siempre a la primera solicitud había rendido obediencia absoluta en cada petición del Profeta.

"Mi madre había notado un cambio en su forma de proceder y en su apariencia, y cuando preguntó la causa, él trató de evadir sus preguntas, diciendo que solo era su imaginación, o que no se sentía bien, etc. Aquella inquietud ocupaba a tal grado su mente que su apariencia nerviosa y demacrada le traicionaba cada día y a cada momento, y al final su sufrimiento llegó a ser tan insoportable que le era imposible controlar sus sentimientos. Enfermó físicamente, pero su padecimiento mental era demasiado grande para permitirle dormir, y en lugar de ir a la cama caminaba de aquí para allá; a veces la agonía de su mente era tan terrible que se restregaba las manos y lloraba, suplicando al Señor con toda su alma que fuera misericordioso y le revelara a su esposa la causa de su gran aflicción, porque él mismo no podía romper su voto de discreción. Su angustia, y la de mi madre, no conocían límites. Y en el momento en que no pudo resistirlo más, ella se retiró a su habitación, en donde derramó su pesar con un corazón quebrantado y contrito a Aquel de quien se ha dicho: 'Si alguno tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche'. 'Buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá'.

"El corazón de mi padre se elevó al mismo tiempo en súplica, y mientras ella rogaba como lo haría alguien por su vida, la visión de su mente se abrió, y tal como la oscuridad huye del sol en la mañana, también lo hizo su dolor y las cosas viles de la tierra se desvanecieron, y se ilustró ante ella el orden del matrimonio celestial, en toda su belleza y gloria, junto con la gran exaltación y honra que se le conferiría en esa esfera inmortal y celestial, si ella lo aceptaba y permanecía en su lugar, junto a su esposo. También vio a la mujer que él había tomado por esposa y contempló con gozo el vasto e ilimitado amor y unión que ese orden llevaría a efecto, así como la progenie de los reinos de su esposo, y el poder y la gloria que se extendían a lo largo de las eternidades y mundos sin fin.

"Con el semblante resplandeciente de dicha, puesto que su alma quedó satisfecha y estaba llena del Espíritu de Dios, regresó donde mi padre y le dijo: 'Heber, el Señor me ha mostrado lo que me has ocultado'.

"Ella me relató la escena así como a muchos otros, y me dijo que jamás vio a un hombre tan feliz como a mi padre mientras le describía la visión y le decía que estaba satisfecha y que sabía que venía de Dios".10

Ancla 10

Vilate sabía que la revelación era de Dios, pero su lucha emocional con la poligamia continuó por el resto de su vida.

Para seguir leyendo esta breve narración en cuanto al desarrollo de la práctica de la poligamia en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, continuar en la sección John C. Bennett y la Unión Espiritual.

  1. John Taylor, Report of the Dedication of the Kaysville Relief Society House [Reporte de la dedicación de la Casa de la Sociedad de Socorro en Kaysville], 12 de noviembre de 1876. Women’s Exponent 5 (1 de marzo de 1877): 148.  (atrás)

  2. Brigham Young, in Journal of Discourses, 3:266.  (atrás)

  3. Martha H. Brotherton, Declaración jurada fechada el 13 de julio de 1842, Native American Bulletin 1 (16 de julio de 1842), St. Louis. Fue nuevamente publicado en el Sangamo Journal 10 (22 de julio de 1842), Springfield, Illinois; en el Warsaw Signal, 23 de julio de 1842; New York Herald, 8 (25, 27 de julio 1842); y John C. Bennett, The History of the Saints: Or an Exposé of Joe Smith and Mormonism (Boston: Leland & Whiting, 1842), 236–40.  (atrás)

  4. John C. Bennett, The History of the Saints: Or an Exposé of Joe Smith and Mormonism (Boston: Leland & Whiting, 1842), 236–40.  (atrás)

  5. John C. Bennett, The History of the Saints: Or an Exposé of Joe Smith and Mormonism (Boston: Leland & Whiting, 1842), 236–40.  (atrás)

  6. “Conference Minutes,” Times and Seasons 3 (15 de abril de 1842): 763.  (atrás)

  7. Gary James Bergera, “Identifying the Earliest Mormon Polygamists, 1841–1844”, Dialogue 38, no. 3 (Otoño de 2005): 42–44, 72–73.  (atrás)

  8. Orson F. Whitney, Life of Heber C. Kimball (Salt Lake City: Bookcraft, 1945), 323–24.  (atrás)

  9. Orson F. Whitney, Life of Heber C. Kimball (Salt Lake City: Bookcraft, 1945), 324.  (atrás)

  10. Helen Mar Kimball Whitney, “Scenes and Incidents In Nauvoo”, Women’s Exponent 10, no. 10 (15 de octubre de 1881), 74. Reimpreso en Jeni Broberg Holzapfel y Richard Neitzel Holzapfel, eds., A Woman’s View: Helen Mar Whitney’s Reminiscences of Early Church History (Provo, Utah: Religious Studies Center, Brigham Young University, 1997), 136–39. Véase también Helen Mar Kimball Whitney, Why We Practice Plural Marriage (Salt Lake City: Juvenile Instructor Office, 1884), 56–59; Orson F. Whitney, Life of Heber C. Kimball, 9na ed. (Salt Lake City: Book Craft, 1945), 326–27.  (atrás)

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