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Al pensar en los hombres y mujeres que concertaron matrimonios plurales durante la vida de José Smith, la pregunta común que se presenta es: "¿Por qué lo hicieron?". Muchos autores han indicado que los Santos de los Últimos Días simplemente fueron engañados por un  profeta autoproclamado y carismático. Puede afirmarse, sin embargo, que esta respuesta simple es deficiente, por no decir que es totalmente incorrecta, pues describe a los participantes como caricaturas en lugar de personas reales con sentimientos genuinos. Además, no toma en cuenta los registros que los participantes dejaron, los cuales describen sus experiencias y sus razones para aceptar la práctica. Puede que hayan sido muy devotos, pero eran decididos en sus acciones. Muchos relataron sus propias manifestaciones divinas que confirmaron en sus corazones que la práctica era correcta. Otros compartieron su convicción de que José Smith era un verdadero profeta, de modo que sus enseñanzas debían ser puestas en práctica.

Benjamin F. Johnson

Benjamin F. Johnson, un fiel Santo de los Últimos Días, recordó su reacción cuando aprendió sobre el matrimonio plural por primera vez: "Si un rayo hubiera caído en mis pies, difícilmente me hubiera impactado o asombrado más".1

Estos sentimientos son comunes y el escepticismo se elevó entre los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cuando oyeron por primera vez que la práctica se empezaba a introducir.

Este ensayo explora los sentimientos de la primera generación de polígamos mormones. Incluye cierto número de memorias que ellos mismos registraron, y por esa razón, es más extensa que los demás artículos de este sitio web.

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Repulsión: La Reacción Más Común al Matrimonio Plural

El historiador de la poligamia, Lawrence Foster, quien no es miembro de la Iglesia, reconoció que la reacción casi universal a las enseñanzas del matrimonio plural en Nauvoo fue la repulsión: "En casi todos los casos registrados, la primera presentación de esta creencia en el matrimonio plural tanto en hombres como en mujeres produjo la conmoción, el horror, la incredulidad o la total confusión emocional. Los que terminaron por aceptar el principio casi siempre pasaron un periodo de confusión interna que duró de varios días a varios meses".2

Kathryn M. Daynes, historiadora Santo de los Últimos Días, dijo que "en cada caso registrado, la actitud inicial ante la idea de adoptar el matrimonio plural fue negativa".3

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Brigham relató: "Mis hermanos saben cuáles fueron mis sentimientos en la ocasión en que José reveló la doctrina; no tenía la inclinación de evadir ningún deber ni de fallar en lo más mínimo en cuanto a lo que se me mandaba hacer, pero fue la primera vez en mi vida en que deseé la muerte, y tardé mucho tiempo en poder hacerme a la idea. Cuando asistía a un funeral, sentía envidia del cadáver y lamentaba no ser yo quien estuviera en el féretro".4

Brigham Young

El apóstol John Taylor recordó: "[En] el tiempo en que se mandó a los hombres tomar más esposas. A veces nos hacía poner a todos una cara seria. No era tan fácil la tarea como uno podría pensar. Cuando se nos reveló pareció como que sería el fin del mormonismo. Porque el hecho de que

un hombre pidiera a otra mujer que se casara con él requería más confianza en uno mismo de lo que teníamos".5

En un discurso dado por el décimo aniversario del martirio, John Taylor también declaró:

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John Taylor

"Recuerdo que estaba con el Presidente Young y Kimball y creo que uno u otros dos más con el Hermano José poco después de haber regresado de Inglaterra[.] Él nos habló sobre estos principios y los puso delante de nosotros[.] Eso probó nuestras mentes y lo que sentíamos[.] Vimos que constituía un asunto que iba a pesar sobre nosotros[.] no era tan bueno y placentero como algunos podían pensar[.] Es algo que asoló nuestros sentimientos[.] [¿]Lo creímos[?] Sí lo hicimos[.] Yo lo creí[.] Todo el resto de los hermanos lo creyó pero aún nos habríamos dado por alegres si lo hubiésemos postergado un poco más[.] [Habríamos] sido felices de que no llegara en nuestros días, sino que alguien más se hubiera ocupado de ello en lugar de nosotros".6

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Con frecuencia, las mujeres SUD respondieron con asombro y desagrado al saber sobre las enseñanzas de la poligamia. Bathsheba B. Smith recordó: "Lo analizamos [la poligamia]... es decir, como jovencitas lo hicimos, porque era joven en ese entonces, y hablamos mucho sobre eso, y a algunas de nosotras no nos gustó del todo".7

Haciendo memoria de una mayor aversión, Mary Isabella Hales Horne dijo: "Los hermanos y hermanas se opusieron tanto a la poligamia que apenas podía mencionarse".8

Eliza R. Snow recordó que "el tema era muy repugnante para mis sentimientos".9

Lucy Walker, una de las esposas plurales de José, relató: "Mi asombro no conocía

Bathsheba B. Smith

Eliza R. Snow

límites. Este anuncio fue en verdad como un rayo para mí... Cada sentimiento de mi alma se rebeló contra esto".10

Mercy Rachel Fielding, esposa plural de Hyrum Smith, escribió: "Cuando se 

me comunicó el tema por primera vez, la idea puso a prueba la misma esencia de todas mis tradiciones anteriores y cada sentimiento natural de mi corazón se alzó en oposición a este principio".11

Mercy Rachel Fielding Thompson

Jane Snyder Richards, quien se había casado con el Apóstol Franklin D. Richards, recordó que reaccionó de manera más moderada. Ella pensó que era "algo extraño y... tenía dudas en cuanto al motivo, pero quedó satisfecha al saber que era una revelación sagrada y que [su] religión requería su aceptación".12

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Con tanta desconfianza, es sorprendente ver que muchos miembros de la iglesia al final aceptaron el principio. En sus memorias, mencionaron varias razones que incluían su fe en José Smith como Profeta verdadero y también sus propias experiencias espirituales.

Fe en José Smith como Profeta

Los polígamos de Nauvoo tenían fe en que José Smith era un profeta de Dios. De otro modo, probablemente no se habrían reunido en Nauvoo. Para algunos, esta convicción fue suficiente.

Benjamin F. Johnson escribió que el Profeta le presentó el matrimonio plural en la primavera de 1843:

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"El presidente Smith me llevó del brazo para dar un paseo, y me condujo a un lugar apartado en una arboleda contigua, en donde para mi sorpresa, comenzó a revelar ante mí el principio del matrimonio plural o celestial... Creí sinceramente al profeta de Dios, y lo amé como tal".13

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George A. Smith

Warren Foote relató la lucha de George A. Smith para aceptar la revelación:"[George A. Smith] nos contó que fue una dura prueba para él recibir la revelación sobre el matrimonio plural. Fue el Profeta José quien se lo dio a conocer por primera vez. Al inicio, no sintió que lo hubiera recibido del Señor. Pero nuevamente supo que José era un profeta de Dios, y no se atrevió a rechazarlo. Así razonó consigo mismo, hasta que obtuvo un testimonio del Señor para sí".14

Eliza Partridge, una de las esposas plurales de José, escribió: "Él [José Smith] nos enseñó el plan del matrimonio Celestial y nos pidió que entrásemos en ese orden con él. Esta fue una gran prueba para mí, pero tenía la confianza más implícita en él como Profeta del Señor".15

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Emmeline Wells, editora del Woman's Exponent, describió la experiencia de Presendia Huntington: "José mismo enseñó el principio del matrimonio plural a la hermana Presendia, y su corazón fue humilde, y su mente se abrió para recibir las revelaciones del cielo. Ella sabía que era un hombre de Dios, y había recibido muchas revelaciones como prueba de esto. En consecuencia, cuando le explicó claramente el conocimiento que había obtenido del Señor, ella aceptó las ordenanzas selladoras con José como una confirmación sagrada y santa".16

Emmeline Wells

Muchos Miembros Reportaron Experiencias Espirituales

Desdemona Fullmer

Varias esposas plurales de José Smith dejaron registros de las experiencias espirituales que las convencieron de que el matrimonio plural era de Dios. Por ejemplo, Desdemona Fullmer reportó una visión en la noche, en la cual un ángel le dijo que la doctrina de la poligamia era verdadera.17

En uno de los relatos más notables, Mary Elizabeth Rollins reportó su propio escepticismo y renuencia cuando se le enseñó el principio:

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"En 1834, se le mandó [a José] que me tomara por esposa. Me encontraba a mil millas de distancia de él. Él tuvo temor. El ángel se le apareció tres veces, la última con una espada desenvainada y amenazó con quitarle la vida. No lo creía. Si Dios se lo dijo, ¿porqué no venía y me lo decía? El ángel le dijo que yo obtendría un testimonio. Un ángel se me aparecióーesto me atravesó como un rayoーtuve miedo".18

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En otra narración, ella dio detalles adicionales:

"Me arrodillé y si algún pobre mortal nunca ha orado así, yo lo hice esta vez. Pocas noches después de eso un ángel del Señor me visitó y si algún mortal nunca ha sentido escalofríos de esta forma, yo lo sentí esta vez. Contemplé las vestiduras y la forma de una persona pero sus ojos eran como relámpagos. Me atravesaron desde la coronilla de mi cabeza hasta las plantas de mis pies. Casi morí de miedo por un momento... El ángel se inclinó sobre mí y la luz era muy grande, aunque era de noche...

"José vino al siguiente Día de Reposo. Y me dijo: "¿Ya has recibido un testimonio?" [Le dije:] "No". "Bueno", me dijo él, "el ángel me ha dicho explícitamente que lo tendrías". Le dije: "No he tenido un testimonio, pero he visto algo que nunca vi antes. Presencié un ángel y casi morí de miedo. No pude hablar".19

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"[El matrimonio plural] era algo demasiado sagrado para hablar de él; era más para mí que la vida o la muerte. Nunca aspiré a eso por años. Te contaré los hechos. Había tenido sueños. No soy una soñadora, pero tuve sueños que no podía explicar. Sé que esta es la obra del Señor; se me reveló, aun cuando era joven. Se presentaron a mi mente cosas que no podía explicar. Cuando José Smith reveló este orden, supe lo que significaba; el Señor estaba preparando mi mente para recibirlo".20

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"Había pensado mucho al respecto [sobre el matrimonio plural] en aquel tiempo [1842-1843], y había orado para saber de qué se trataba, y si era mi deber. Pensé que debí haber prestado atención,... porque estaba muy perturbada, ya que temía haber cometido un error al no escucharー, y oré tanto para que se me iluminara en cuanto a lo que debí haber hecho. Bien, con el tiempo llegué a convencerme de que no había nada malo en ello".21

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Eliza R. Snow dejó este relato:

"En Nauvoo entendí por primera vez que la práctica de la pluralidad de esposas iba a introducirse en la Iglesia. El tema era muy repugnante para mis sentimientos. Estaba tan directamente en oposición a mis educadas inclinaciones, que parecía como si todos los prejuicios de mis ancestros de generaciones pasadas se congregaran a mi alrededor. Pero cuando pensé profundamente en que estaba viviendo en la Dispensación del cumplimiento de los tiempos, que abarcaba todas las demás Dispensaciones, ciertamente el Matrimonio Plural debía incluirse por necesidad, y me consolé con la idea de que estaba fuera de mi alcance, a la distancia, y más allá de mi existencia mortal. Sin embargo, poco tiempo después de recibir la primera alusión [con respecto al principio] , antes que me alcanzara el anuncio de que mi "hora señalada" había llegado [para casarme] (ya que Dios había mandado a sus siervos establecer ese orden, al tomar otras esposas), supe que Dios... había hablado... Al aumentar mi conocimiento concerniente al principio y al propósito del Matrimonio Plural, creció mi amor por él..."22

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"El Profeta llamó a la puerta de nuestra casa, y me senté con mi padre y mi madre y le oí enseñar el principio y explicarlo más plenamente, y creí en ello, pero no obtuve ningún testimonio, solo tenía su palabra y el testimonio de mi padre. Pensé en eso lo suficiente, y no consideré necesario escudriñar más, pero si hubiera estado en una situación diferente, como muchos que estaban sin un padre y una madre que me amaran y me aconsejaran, probablemente mi dependencia, como la de ellos, habría estado en el Señor, pero no me apoyé en Su brazo. Mi padre fue mi maestro y mi revelador, y no veía la necesidad en ese entonces de un testimonio adicional; pero en los años siguientes, el Señor, con su clarividencia e infinita misericordia, me permitió pasar a través de fuertes olas de experiencia, y en el dolor y la aflicción aprendí la lección más importante, que solo debo confiar en Él y no en el hombre débil y pecador; y que era absolutamente necesario para cada persona obtener una confirmación y un testimonio viviente para él o ella misma, y no para otro, de la verdad de esta obra de los últimos días".23

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Lucy Walker compartió una historia bien detallada, incluyendo su hostilidad ante la imposición de un límite de tiempo:

"En el año de 1842, el Presidente José Smith buscó entrevistarse conmigo, y dijo: 'Tengo un mensaje para ti. Dios me ha mandado que tome otra esposa, y tú eres la indicada'. Mi asombro no conocía límites. Este anuncio fue en realidad como un rayo para mí. Me preguntó si creía que él era un profeta de Dios. "Con toda seguridad", contesté. Me explicó plenamente el principio del matrimonio plural. Dijo que este principio se iba a restaurar otra vez en la tierra para el beneficio de la familia humana, que probaría ser una bendición sempiterna para la casa de mi padre, y formaría una cadena que nunca se rompería, mundos sin fin. "¿Qué puedes decir al respecto?", preguntó. "Nada" [respondí]. ¿Cómo podía hablar, o qué podía decir? Él dijo: "Si oras con sinceridad para obtener luz y conocimiento en relación a esto, recibirás un testimonio de la veracidad de este principio. Creí que oraba sinceramente, pero estaba tan reacia a considerar el asunto de manera favorable que temo que no pedí luz con fe. En lugar de luz, una densa oscuridad tomó posesión de mi mente. Fui tentada y torturada más allá de la resistencia hasta que no deseaba vivir. Oh, si la tumba me recibiera con bondad, para que pudiese hallar descanso en el seno de mi querida madre. Por qué debía ser yo la elegida entre tus hijas, Padre, solo soy una muchacha en años y experiencia, sin una madre que me consolase [ella murió en enero de 1842]; sin un padre cerca para decirme qué hacer en esta hora de prueba [estaba en una misión con un clima más cálido por su salud]. Oh, deja pasar esta amarga copa. Y así oraba en la agonía de mi alma.

"El Profeta percibió mi angustia. Vio cuán desdichada me encontraba, y buscó una oportunidad para hablar conmigo otra vez sobre el tema, y dijo: 'Aunque no puedo reconocerte como mi esposa, por las circunstancias existentes, el tiempo está cerca en que iremos más allá de las Montañas Rocosas y entonces serás reconocida y honrada como tal'.24 También dijo: "Aún los justos creerán y practicarán este principio. No tengo palabras halagadoras que ofrecer. Es un mandamiento de Dios para ti. Te daré hasta mañana para decidir este asunto. Si rechazas este mensaje la puerta se cerrará para siempre contra ti".

"Esto despertó cada gota de sangre escocesa en mis venas. Por unos momentos permanecí sin miedo ante él, y le miré a los ojos. Sentí en ese momento que era llamada a ponerme a mí misma sobre el altar de un sacrificio viviente—tal vez para soportar al mundo en vergüenza e incurrir en el desagrado y desprecio de mis jóvenes compañeros; todos mis sueños de felicidad volaron a los cuatro vientos. Esto era demasiado, porque hasta ahora ninguna sombra se había cruzado en mi camino, aparte de la muerte de mi querida madre. Para mí el futuro había sido un día brillante y despejado. Me había quedado sin palabras, pero al final pude hablar y dije: 'Aunque seas un profeta de Dios no podrás inducirme a tomar un paso de tan gran importancia, a menos que supiera que Dios ha aprobado mi camino. Preferiría morir. Intenté orar pero no recibí consuelo, ninguna luz', y le prohibí enfáticamente que me hablara otra vez sobre el tema. Cada sentimiento de mi alma se rebeló contra esto. Y le dije: 'El mismo Dios que ha enviado este mensaje es el Ser que he adorado desde mi infancia y Él debe manifestarme Su voluntad'. Él caminó a través de la habitación, regresó y se puso de pie frente a mí con la más bella expresión en su rostro, y dijo: 'Que el Dios Todopoderoso te bendiga. Tendrás la manifestación de la voluntad de Dios con respecto a ti; un testimonio que nunca podrás negar. Te diré lo que será. Será un gozo y una paz tal que nunca has conocido'.

"Oh, cuán fervientemente oré para que estas palabras se cumplieran. Era cerca del amanecer después de otra noche sin dormir cuando mi cuarto se iluminó con una influencia celestial. Para mí fue, en comparación, como el sol brillante abriéndose paso a través de la oscura nube. Las palabras del Profeta en verdad se cumplieron. Mi alma se llenó de una calma y una paz tan dulce que "nunca había conocido". Se apoderó de mí la felicidad más inmensa, y recibí un testimonio poderoso e insuperable de la veracidad del matrimonio plural, la cual ha sido como un ancla para mi alma a través de todas las dificultades de la vida. Sentí que debía salir al aire de la mañana y cantar a los cuatro vientos el gozo y la gratitud que llenó mi alma. Al bajar las escaleras, el Presidente Smith abrió la puerta abajo, me tomó de la mano y dijo: 'Gracias a Dios, ya tienes un testimonio. Yo he orado también'. Me condujo a una silla, puso sus manos sobre mi cabeza, y me bendijo con cada don que mi corazón probablemente podía desear.

"El primer día de mayo de 1843, consentí en convertirme en la esposa del Profeta, y fui sellada a él por tiempo y por toda la eternidad, en su propia casa por el Élder William Clayton".25

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Otros polígamos de Nauvoo relataron sus propias experiencias espirituales. Lorenzo Snow recordó:

"Conocí personalmente a José Smith, el Profeta, durante doce o catorce años, quien me enseñó por primera vez esta doctrina, y sabía que era un hombre de verdad y honor. Pero luego ya no he dependido de su palabra para conocer sobre el matrimonio plural; el Señor me ha dado un testimonio divino confirmando Sus enseñanzas, el cual ningún hombre puede dar ni quitar".26

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Helen, hija de Vilate Kimball, describió la conversión de sus padres:

"El corazón de mi padre se elevó al mismo tiempo en súplica, y mientras ella [Vilate, la madre de Helen] rogaba como lo haría alguien por su vida, la visión de su mente se abrió, y tal como la oscuridad huye del sol en la mañana, también lo hizo su dolor y las cosas viles de la tierra se desvanecieron, y se ilustró ante ella el orden del matrimonio celestial, en toda su belleza y gloria, junto con la gran exaltación y honra que se le conferiría en esa esfera inmortal y celestial, si ella lo aceptaba y permanecía en su lugar, junto a su esposo. También vio a la mujer que él había tomado por esposa y contempló con gozo el vasto e ilimitado amor y unión que ese orden llevaría a efecto, así como la progenie de los reinos de su esposo, y el poder y la gloria que se extendían a lo largo de las eternidades y mundos sin fin.

"Con el semblante resplandeciente de dicha, puesto que su alma quedó satisfecha y estaba llena del Espíritu de Dios, regresó donde mi padre y le dijo: 'Heber, el Señor me ha mostrado lo que me has ocultado'.

"Ella me relató la escena así como a muchos otros, y me dijo que jamás vio a un hombre tan feliz como a mi padre mientras le describía la visión y le decía que estaba satisfecha y que sabía que venía de Dios".27

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Elizabeth Whitney recordó la experiencia que tuvo con su esposo, el obispo Newell K. Whitney:

"José tenía la confianza más implícita en la nobleza y la integridad de carácter de mi esposo, y por esta razón le confió los principios que se exponían en aquella revelación, y también le dio el privilegio de leerlo y hacer una copia, creyendo que estaría perfectamente a salvo con él... Mi esposo me reveló estas cosas. Siempre habíamos sido unidos, y teníamos la fe y la confianza más absoluta el uno hacia el otro. Meditamos el asunto continuamente, y oramos incesantemente para que el Señor nos concediera una manifestación especial concerniente a esta doctrina nueva y extraña. El Señor fue muy misericordioso con nosotros; nos reveló Su poder y gloria. Al parecer, fuimos envueltos en una visión celestial, un halo de luz nos rodeó, y en nuestro mismo pecho nos sentimos convencidos de que Dios había oído y aprobado nuestras oraciones e intercesiones ante él. Nuestro corazón se consoló y nuestra fe se hizo tan perfecta que estuvimos dispuestos a dar a nuestra hija mayor, entonces de diecisiete años, a José en el orden del matrimonio plural. Poniendo a un lado nuestras tradiciones y antiguos conceptos acerca del matrimonio, se la dimos por consentimiento mutuo".28

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James Allred, miembro del Sumo Consejo de Nauvoo, tuvo presente que "no creía al principio, que estaba muy en contra de sus sentimientos, pero dijo que sabía que José era un profeta de Dios así que hizo un convenio de no comer, beber o dormir hasta que supiera por sí mismo, de modo que obtuvo un testimonio de que era verdad, que incluso escuchó la voz de Dios al respecto".29

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Otro miembro del Sumo Consejo, Thomas Grover, recordó una visión de una esposa plural que tendría en el futuro: "Repentinamente apareció delante de mí la esposa de mayor edad que tengo ahora y la voz del Señor dijo: 'Esta es tu compañera por el tiempo y por toda la Eternidad'".30

Martha Jane Knowlton Coray tuvo un sueño peculiar que la convenció de que el matrimonio plural era correcto.31

 

Samuel Amos Woolley, otro Santo de los Últimos Días, narró su propio sueño o visión que verificaba la validez del matrimonio plural".32

 

Phebe W. Woodruff, la primera esposa de Wilford Woodruff, escribió este relato:

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Phebe Woodruff

"Cuando se enseñaron por primera vez los principios de la poligamia, creí que era lo más perverso que había oído; por consiguiente, supuse que fue lo mejor que pude hacer, hasta que enfermé y llegué a ser desdichada. Sin embargo, tan pronto como me convencí que se originó como revelación de Dios por medio de José Smith, y sabiendo que era profeta, luché con mi Padre Celestial orando fervientemente, para que me guíe correctamente en todo momento importante de mi vida. La respuesta llegó. Mi mente fue llena de paz. Supe que era la voluntad de Dios; y desde ese tiempo hasta el presente he procurado honrar fielmente la ley patriarcal. De José, mi testimonio es que fue uno de los más grandes profetas que el Señor haya llamado; que vivió para la redención de la humanidad, y murió como mártir por la verdad".33

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Otra narración de una pareja sin nombre en Nauvoo declara: "Noche tras noche, cada uno de nosotros empezó a tener revelaciones del Cielo, diciendo que debíamos volver a la costumbre de los patriarcas en cuanto al matrimonio. Todo era tan repugnante que por un tiempo no podíamos aceptarlo. En cambio, las revelaciones se hicieron más claras y más insistentes, y al final mi esposa se atrevió a comunicarme lo que el Señor le había declarado. Esto dio lugar a que pudiéramos comparar las experiencias a nuestro alrededor, y descubrimos que muchos habían tenido la misma revelación; y de allí en adelante se aceptó y se puso en práctica como la inequívoca voluntad del Cielo".34

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Howard Coray reportó la experiencia de su esposa: "[Martha Jane Knowlton Coray] tuvo un sueño peculiar... Deseaba que le acompañara a ver al hermano Hyrum Smith con el fin de conseguir que lo interpretara. Fuimos a verle el domingo siguiente, pero como tenía compañía, no tuvo la libertad de decir mucho... Fuimos al siguiente domingo, pero encontramos a tantos en su casa como la vez anterior que nos dijo: vengan de nuevo al siguiente domingo... Pero más o menos un día después llamó a la puerta de nuestra casa, y nos invitó a dar un paseo en su carruaje... Empezó por repetir la revelación sobre el matrimonio [eterno]... Esto ocurrió el 22 de julio de 1843. El sueño estaba en armonía con la revelación... Mientras estábamos en la calesa, el hermano Hyrum preguntó a mi esposa si estaba dispuesta a ser sellada a mí; después de pensarlo un momento, respondió que sí. Entonces me preguntó si deseaba ser sellado. Respondí afirmativamente... Él realizó la ceremonia, allí y entonces".35

Martha Jane Knowlton Coray

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Estos y otros relatos muestran que los primeros polígamos expresaron al inicio un sano escepticismo por el matrimonio plural cuando se les comunicó el concepto por primera vez. Su participación posterior no reflejó una obediencia ciega, sino un testimonio. Ellos informaron que sus propias experiencias espirituales los impulsaron a creer que la poligamia era divinamente inspirada, o que sus convicciones con respecto a José Smith como Profeta les motivó a aceptar la práctica. 

 

Para seguir leyendo esta breve narración en cuanto al desarrollo de la práctica de la poligamia en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, continuar en la sección Historias de Fe. 

  1. Benjamin F. Johnson, My Life’s Review, Mesa, Arizona: 21st Century Printing, 1992, reimpreso, 94-95.  (atrás)

  2. Lawrence Foster, Religion and Sexuality: Three American Communal Experiments of the Nineteenth Century (New York: Oxford University Press, 1981), 153.  (atrás)

  3. Kathryn M. Daynes, “Family Ties: Belief and Practice in Nauvoo”. John Whitmer Historical Association Journal 8 (1988): 68 [63–75]; Kathryn Daynes, “Mormon Polygamy: Belief and Practice en Nauvoo”, in Kingdom on the Mississippi Revisited: Nauvoo in Mormon History, eds. Roger D. Launius and John E. Hallwas (Urbana: University of Illinois Press, 1996), 135 [130–46].  (atrás)

  4. Brigham Young, Journal of Discourses, 3:266 (14 de julio 1855).  (atrás)

  5. John Taylor, Report of the dedication of the Kaysville Relief Society House [Reporte de la dedicación de la Casa de la Sociedad de Socorro en Kaysville], 12 de noviembre de 1876. Women’s Exponent 5 (1 de marzo de 1877): 148.  (atrás)

  6. John Taylor, “Sermon in Honor of the Martyrdom”, 27 de junio de 1854; Documentos de George D. Watt, MS (manuscrito) 4534, caja 2, disco 2, 1854 imágenes 151–52, Sermón no incluido en Journal of Discourses o en CR [Conference Report] 100 317, Transcripción de LaJean Purcell Carruth, 1 de setiembre de 2009. Usado con permiso. Se añadió la puntuación y las letras mayúsculas.  (atrás)

  7. Bathsheba Smith, deposition [declaración], Temple Lot transcript [transcripción del caso del terreno del templo], Respondent’s testimony [testimonio del entrevistado], parte 3, página 292, pregunta 21.  (atrás)

  8. Mrs. Joseph Horne [Mary Isabella Hales Horne], “Migration and Settlement of the Latter Day Saints, Salt Lake City, 1884”, en “Utah and the Mormons Collection,” Bancroft Library, UC Berkeley, página 17; copia del microfilme MS 8305.  (atrás)

  9. Eliza R. Snow, “Sketch of My Life”, Bancroft Library, Berkely; en Maureen Ursenbach Beecher, ed., The Personal Writings of Eliza Roxcy Snow (Logan: Utah State University Press, 2000), 16; véase también Edward W. Tullidge, The Women of Mormondom (New York City: sin numeración de páginas, 1877), 295. (atrás)

  10. Citado en Lyman Omer Littlefield, Reminiscences of Latter-day Saints: Giving an Account of Much Individual Suffering Endured for Religious Conscience (Logan: Utah Journal Co, 1888), 46–48; véase también el testimonio en Andrew Jenson, “Plural Marriage,” Historical Record 6 (Julio de 1887): 229–30. (atrás)

  11. Mercy Rachel Fielding Thompson, [borrador de la autobiografía, 1880], MS (manuscrito) 4580, Biblioteca de Historia de la Iglesia, página 5.  (atrás)

  12. Jane Snyder Richards, “Autobiography”, Biblioteca de Historia de la Iglesia, MS (manuscrito) 1215, 18. (atrás)

  13. Benjamin F. Johnson, Joseph F. Smith Affidavit Books, 4 vols., MS (manuscrito) 3423. Biblioteca de Historia de la Iglesia, 2:3–6. (atrás)

  14. Warren Foote (1817–1903), Autobiografía y Diario, MS 1123, Folder 1, Biblioteca de Historia de la Iglesia, 1:83. (atrás)

  15. Eliza Maria Partridge Lyman, Life and Journal of Eliza Maria Partridge Lyman (sin numeración de páginas, sin fecha [aprox. ¿1877?]), typografía NS 9546, hológrafo MS 1527, Biblioteca de Historia de la Iglesia. Sin numeración de página, pero cubre las páginas 7 y 8 en el hológrafo.  (atrás)

  16. “A Venerable Woman, Presendia Lathrop Kimball,” Woman’s Exponent 11, no. 21 (1 de abril de 1883): 163.  (atrás)

  17. Desdemona Fullmer, Autobiografía, [no el manuscrito MS 734 en la Biblioteca de Historia de la Iglesia], citado en D. Michael Quinn papers – Addition – Uncat WA MS 244, caja 1, Yale University, Special Collections.  (atrás)

  18. Mary Elizabeth Rollins Lightner, “Statement” firmado el 8 de febrero de 1902 (Vesta Crawford Papers, MS (manuscrito) 125, caja 1 fólder 11. Original en posesión del Sr. Nell Osborne (cortesía de Juanita Brooks). Véase también Juanita Brooks Papers, USHS, MSB103, bx [caja]16, fd [fólder] 13; colecciones especiales de BYU, MS (manuscrito) 1132.  (atrás)

  19. Mary Elizabeth Rollins Lightner, “Remarks” en Brigham Young University, 14 de abril de 1905, vault [bóveda] MSS (manuscrito) 363, fd (fólder) 6, Harold B. Lee Library, Special Collections, 2.  (atrás)

  20. John Wight, “Evidence from Zina D. Huntington Young”, entrevista con Zina, 1 de octubre de 1898, Saints Herald 52 (11 de enero de 1905): 29; véase también en Martha Sonntag Bradley y Mary Brown Firmage Woodward, Four Zinas: A Story of Mothers and Daughters on the Mormon Frontier (Salt Lake City: Signature Books, 2000), 114. (atrás)

  21. Emily D. P. Young, deposition[declaración], Temple Lot transcript [transcripción del caso del terreno del templo], Respondent’s testimony [testimonio del entrevistado], (parte 3), páginas 350–52, preguntas 22–24. Véase también Joseph F. Smith affidavit books [libros de declaraciones juradas], Biblioteca de Historia de la Iglesia, 1:11, 1:13.  (atrás)

  22. Eliza R. Snow, ”Sketch of My Life,” en la colección “Utah and Mormons”, Bancroft Library, UC Berkeley, copia del microfilme en la Biblioteca de Historia de la Iglesia, bajo el número de catalogación MS 8305, Reel [rollo] 1, ítem 11, página 13. Véase también Maureen Ursenbach Beecher, ed., The Personal Writings of Eliza Roxcy Snow (Logan: Utah State University Press, 2000), 16–17.  (atrás)

  23. Helen Mar Kimball Whitney, “Scenes in Nauvoo”, Woman’s Exponent 11, no. 5, (1 de agosto de 1882): 39. (atrás)

  24. Lucy testificó en 1892: “Bajo las circunstancias existentes no podíamos ir con su nombre hacia allá… [Al final dijo que] podíamos ser reconocidas como sus esposas… El Presidente Smith mismo dijo que el día llegaría… él proclamó repetidas veces que iríamos más allá de las montañas.” (deposition [declaración], Temple Lot transcript [transcripción del caso del terreno del templo], respondent’s testimony [testimonio del entrevistado] (parte 3), página 467, preguntas 432, 435, 437, 446.)  (atrás)

  25. Lyman Omer Littlefield, Reminiscences of Latter-day Saints: Giving an Account of Much Individual Suffering Endured for Religious Conscience (Logan: Utah Journal Co, 1888), 46–48; véase también el testimonio en Andrew Jenson, “Plural Marriage,” Historical Record 6 (Julio de 1887): 229–30.  (atrás)

  26. Eliza R. Snow, Biography and Family Record of Lorenzo Snow (Salt Lake City: Deseret News Press, 1884), 405.  (atrás)

  27. Helen Mar Kimball Whitney, “Scenes and Incidents in Nauvoo”, Women’s Exponent 10, no. 10 (15 de octrubre de 1881): 74. Reimpreso en Jeni Broberg Holzapfel y Richard Neitzel Holzapfel, eds., A Woman’s View: Helen Mar Whitney’s Reminiscences of Early Church History (Provo, Utah: Religious Studies Center, BYU, 1997), 136–39. Véase también Helen Mar Kimball Whitney, Why We Practice Plural Marriage (Salt Lake City: Juvenile Instructor Office, 1884), 56–59; Orson F. Whitney, Life of Heber C. Kimball, 9na ed., (Salt Lake City: Book Craft, 1945), 326–27.  (atrás)

  28. Edward Tullidge, The Women of Mormondom (New York City: sin numeración de página, 1877), 368–69; Elizabeth Ann Whitney, “A Leaf from an Autoibiography”, Woman’s Exponent 7, no. 14 (15 de diciembre de 1878): 105; véase también Carol Cornwall Madsen, ed., In Their Own Words: Women and the Story of Nauvoo (Salt Lake City: Deseret Book Co., 1994), 202.  (atrás)

  29. James Allred, “Statement”, 15 de octubre de 1854. Biblioteca de Historia de la Iglesia. Copia del documento tipografiado en Richard Van Wagoner Collection, Marriott Library, University of Utah, bx [caja] 13. (atrás)

  30. Thomas Grover a Brigham Young, 14 de octubre de 1870, Brigham Young Collection, CR 1234, 1, (Reel [rollo] 45) Biblioteca de Historia de la Iglesia, páginas 1–2.  (atrás)

  31. Howard Coray, “Reminiscences”, Biblioteca de Historia de la Iglesia; citado en Richard Neitzel Holzapfel & Jeni Broberg Holzapfel, Women of Nauvoo (Salt Lake City: Bookcraft, 1992), 96; véase también Howard Coray, “Reminiscences,” 25–26, Biblioteca de Historia de la Iglesia, MS (manuscrito) 8142. (atrás)

  32. Andrew Jenson, “Plural Marriage,” Historical Record 6 (Julio de 1887): 231.  (atrás)

  33. “Autobiographic Sketch of Phebe W. Woodruff, Salt Lake City, 1880”, Phebe W. (Carter) Woodruff, en “Utah and Mormons” collection, Bancroft Library, UC Berkeley, copia del microfilme en Biblioteca de Historia de la Iglesia, bajo el número de catalogación MS (manuscrito) 8305, Reel [rollo] 1, Item 7. (atrás)

  34. John C. Kimball en el Christian Register, citado en Anti-Polygamy Standard, 2, no. 6, setiembre de 1881: 44.  (atrás)

  35. Howard Coray, “Reminiscences”, Biblioteca de Historia de la Iglesia; citado en Richard Neitzel Holzapfel & Jeni Broberg Holzapfel, Women of Nauvoo (Salt Lake City: Bookcraft, 1992), 96. (atrás)

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